Una noche cualquiera en un grupo de WhatsApp de amigas cualquiera:
-"Os paso pantallazo de unos mensajes de un tío al que no conozco. Ha empezado preguntándome por mi trabajo y ha terminado diciéndome que soy muy mona. ¿Lo veis normal?".
-"Pues no, muy normal no es".
-"Me ha hecho sentir bastante incomoda".
Y, como era de esperar, aparecen más testimonios.
-"Pues yo he tenido que cambiar mi foto de perfil para jugar en Apalabrados porque algunos jugadores me piden sexo".
Seguro que alguna vez te has encontrado en una situación similar o te lo ha contado alguien cercano. Y es que el supuesto anonimato en redes hace creer a muchos buitres que pueden decirte lo primero que les venga a la cabeza.
Tal vez pienses que exagero, que tengo la piel muy fina y que a nadie le incomoda un "qué bonita eres" de parte de un desconocido, pero escuchar y leer este tipo de comentarios desde hace años es motivo más que suficiente para terminar hasta los ovarios.
No necesito ni quiero que alguien que no me conoce en absoluto me insinúe que le gusto. Así no funcionan las cosas. Me hace sentir incomoda, me desagrada, me produce rechazo.
Es posible que pienses que estar expuesta en redes sociales tiene estos inconvenientes pero no soy yo la que debe medir lo que publica para evitar este tipo de comentarios. Son los demás los que deben mostrar respeto, y halagar el físico de una desconocida no es de buena educación precisamente.
Por suerte yo tengo las espaldas curtidas, muy poca vergüenza (la perdí con la edad) y tolerancia 0 a este tipo de gente. Además de tener muy claro a quién permito decir ciertas cosas y a quién no.
Pero me da miedo pensar en todas esas niñas y adolescentes que sufren este tipo de situaciones sin tener las herramientas para gestionarlas.
Creo que va siendo hora de tomarnos en serio el sentarnos a su lado y explicarles claramente lo que puede haber detrás de las pantallas, qué no deben permitir y los riesgos que corren si confían en que todo aquel con el que hablan les está diciendo la verdad.
Me parece esencial enseñar a los niños a respetar a los demás en la vida real y en Internet.
Que aprendan a gestionar esos mensajes incómodos que a todos nos han llegado alguna vez y, sobre todo, a contarlo, sin miedo.
¿Te has sentido alguna vez incomoda/o con algo que te hayan dicho en redes sociales?
¿Te sientas con tus hijos y les explicas con sinceridad lo que puede pasar en Internet si lo usan sin pensar?
A mí de momento no me han echo ningún comentario desagradable por las redes.... Pero no me gusta que por la calle me agredan verbalmente, sin ningún tipo de reparos, es muy desagradable. A mí hijo en plena pre adolescencia, le hablo claramente de lo que puede llevar las redes sociales y que nunca debe hablar con desprecio a nadie y menos a una mujer, porque sí a él no le gusta que se lo hagan a su madre él tampoco debe de hacerlo. Espero que en un futuro mis consejos den su fruto.
ResponderEliminarTotalmente, ahora lo peor del ser humano se esconde tras el escudo del anonimato virtual.
ResponderEliminarYo les informo y les explico a mis dos hijos sobre los valores que deberían adoptar, y sobre los peligros de las redes, y lo tienen bastante claro.
Me fastidia el típico comentario que me hace la mayoría de gente amenudo, sobre "que suerte tengo al no tener hijas, tal y como esta el panorama".
No estoy para nada de acuerdo, si tuviera una hija, lejos de infravalorarla por su sexo (y mi miedo), la educaría igual, informándola, educándola en valores y preparándola para el camino.
El otro día vi una peli con mi hijo de 14 años, muy chula para adolescentes, y que exponía el tema del acoso virtual y del peligro de las redes y foros.
La peli se llama "Nerve, un juego sin reglas"