Querido 2016,
Tenía tantas ganas de que llegase el momento de decirte adiós que casi olvido que también tengo cosas que agradecerte.
No todo van a ser reproches, sin tus enseñanzas estos 366 días y tus gotas que colmaron el vaso, tal vez hoy, en nuestra despedida, seguiría estancada.